La Parroquia del Cristo, más que una iglesia

V.- Hola, soy Vicen, llevo 11 años viviendo en Valdepeñas. Poco después de casarnos José Luis y yo, descubrimos la iglesia del Cristo, un poco por casualidad; sin embargo pronto nos sentimos acogidos y a gusto.

JL.- Hola, mi nombre es José Luis Galán, nací en Valdepeñas hace 42 años. Pertenezco a una familia católica, de hecho, estudié en el colegio de las Salesianas de esta ciudad; también mi familia siempre ha estado muy relacionada con la Semana Santa en la hermandad del Santo Sepulcro pero, como muchos jóvenes, empecé a ir al instituto y mi relación con la religión se enfrió y así, a pesar de haber recibido el Sacramento de la Confirmación, dejé de ir a misa semanalmente y, aunque seguía siendo creyente solamente iba a misa para bodas, comuniones, bautizos, procesiones, oficios…

,V.- Yo he vivido fuera de España muchos años y una de las cosas que echaba de menos de mi anterior parroquia, St. Conleth, en Irlanda, era la implicación que tenía allí. Conocía a muchas personas y mucha gente me conocía a mí, colaboraba en diversas actividades y me sentía parte de aquella iglesia, de aquella comunidad, y es que la plenitud del individuo sólo se alcanza cuando la fe es compartida.

JL.- En mi caso, hubo un gran giro en mi vida. Cuando conocí a mi mujer en 2011 y comencé a salir con ella volví a acercarme a la Iglesia no solo por ella sino también por su familia. Recuerdo, sobre todo, cómo aquella primera Semana Santa en Terrinches me sorprendió al poder ver y practicar la fe con ellos de una forma muy diferente a la que yo estaba acostumbrado.

Luego, en pareja empezamos a ir a misa juntos a otras iglesias de Valdepeñas, pero un día por casualidad fuimos a la iglesia del Santo Cristo y nos gustó mucho el sermón y la forma de enfocarlo trasladándolo a nuestra vida actual. Desde aquel día, siempre que hemos podido, hemos venido a la iglesia del Cristo semanalmente.

Para mí en particular practicar la fe yendo a misa me aporta paz interior y una sensación muy especial difícil de explicar por la cual se me olvidan los problemas.

V.- Cuando empecé a ir asiduamente a las misas “del Cristo” como llamamos aquí a la iglesia, supe que había encontrado lo que tanto echaba de menos. Pero mi inminente maternidad me impidió ser partícipe de algo más que las misas dominicales. Ahora que mi hija es un poco más mayor, ya 6 años, he podido disfrutar de algunas de las muchas propuestas que la Parroquia nos ofrece.

Algunas de las cosas que he ganado en estos años son el descubrimiento de Radio María, la Vigilia de primer viernes de mes, las 40 horas de Adoración, el ministerio de acogida, el grupo de matrimonios y cómo no el maravilloso equipo de Life Teen y esa forma dinámica de hacer Catequesis y acercarse a Cristo en la Eucaristía que tan afectada se ha visto por la pandemia.

Como familia, la iglesia ha atendido siempre todas nuestras necesidades y nos hemos sentido arropados. Además, el hecho de que permanezca abierta durante tantas horas, nos es de mucha ayuda porque con sólo cruzar el umbral de la puerta, la vida se ve distinta, más amable y llevadera.

Considero tan fundamental ayudar, con nuestro tiempo o con parte de nuestros ingresos, como dejarse ayudar, reconocer con humildad que necesitamos la misericordia de Dios Padre y recibir con alegría los muchos recursos que la parroquia pone a nuestra disposición como pareja, como familia y como seres libres hijos de Dios. Y el pertenecer a la parroquia me recuerda que en mi trabajo, en mi faceta de madre, en mi día a día, es esencial esforzarse por hacer las cosas bien, porque dar lo mejor de uno mismo es la mejor forma de mostrar amor a Dios y sentir con claridad el amor que Él nos da.

JL.- Tanto a mi mujer como a mí nos parece que nuestro párroco está haciendo una gran labor con multitud de actividades (catequesis, celebraciones, actividades, encuentros de matrimonios, Adoración, Cáritas parroquial, etc) y, sobre todo, pensamos que tiene una gran mérito en pleno siglo XXI , y no por la pandemia actual, tener todos los fines de semana el templo lleno sin contar la cantidad de gente que va a misa los días de diario, ya que como todos sabéis, y por desgracia, hay mucha gente que ha dejado de ir a misa para practicar la fe católica por diversos motivos.

Para terminar, damos gracias a Dios por haber encontrado esta Parroquia del Cristo que siempre está dispuesta a recibir a quien se acerque a ella con la inquietud de conocer al Señor.